Los juguetes siempre han sido para mi una enorme fuente de diversión, aprendizaje y fascinación. Todavía recuerdo mi infancia rodeado de juguetes, intentando imitar las aventuras que veía en la Televisión. Hasta el día de hoy recuerdo vivamente a un juguete de «Speedy Gonzalez» con el que jugaba en el maternal en Caracas.
Recuerdo que años después, ya viviendo en Portuguesa, en la finca de mi padre, también me obsesioné con el «Alpha Probe» de la Fisher Price, un hermoso modelo basado en lo que años después sería conocido como el «Transbordador Espacial».
Con los años mi fascinación pasó a los juguetes de Star Wars que sacaba la Kenner. Al igual que muchos otros niños de la época. Todavía recuerdo el tremendo anhelo que me generaban aquellos folletos que venían en cada uno de esos juguetes. Creo que todavía tengo una pieza de uno de aquellos folletos en alguna parte, envuelta en cinta transparente…
Y qué…
Un día ya viviendo aquí en Barquisimeto, vino a mi casa un amigo, que también estaba obsesionado con los juguetes de Star Wars. Pero de inmediato noté que él jugaba diferente. No se limitaba a repetir lo que veíamos en la televisión o en las películas, el incluía una frasesita: «Y que», vamos a jugar y que pasaba esto, y que pasaba aquello. Y que Luke se montaba en el tanque, y que Leia se iba en el Taun Taun, y que Han estaba secuestrado, etc…
No les exagero cuando les digo que para mi aquello fue todo un descubrimiento. No recuerdo si alguna vez yo había jugado de la misma manera y de cierto modo lo perdí. Pero de inmediato la forma en que yo jugaba también cambió. Y así comencé a inventarme mis propias historias.
Eran también los años en que a la ciudad comenzaban a llegar los primeros juguetes de «Masters of the Universe» y recuerdo que entonces me inventaba historias de ¿por qué aquellos nuevos aliados eran tan altos y musculosos? (Comparados a las figuras de la Kenner) Y solía inventar razones como que eran de otro mundo, o gracias a la magia, etc.
El Atari
Eventualmente hicieron su aparición los videojuegos, en mi caso no fue a través de Nintendo, sino de un Atari 2600, que aunque llegó tarde aquí a Venezuela, igualmente fue toda una revolución. Recuerdo que los otros chicos de las casas vecinas venían a jugar aquí y prácticamente no se lo podían creer.
Desde aquel entonces los juegos de video ocuparon un importante espacio en mi corazón. Pero no sería sino muchos años después cuando de verdad descubriría los videojuegos que me fascinarían.
Asimov
Siempre me gustó mucho la Ciencia Ficción, posiblemente muy influenciado por los juguetes que tenía, y lo que veía en la televisión. Pero no sería sino muchos años después cuando inicié en la universidad y encontré en la biblioteca los libros de Asimov, en donde a través de sus prólogos y epílogos, iba contando su propia vida, y explicando como termino siendo escritor, que se me ocurrió que yo también podría convertirme en escritor.
Hoy en día entiendo la importancia fundamental que tuvo aquel «Y que» de mi amigo, que de algún modo abrió mi imaginación a una inmensidad de posibilidades. Y también comprendo que fue en cierta manera un inicio en el oficio de crear historias.
Recuerdo que en aquel entonces mi mamá me inventó un «escritorio», con unas tablas y hasta una lámpara. Allí escribí mucho, para un lector ideal, pero sobre todo para mi mismo, jugando con las historias a mi propio gusto.
Civilization
Unos años antes cuando las Computadoras de Escritorio comenzaban a llegar a los hogares de Barquisimeto, recuerdo que un amigo me mostró en su casa el Civilization I o el II, no lo recuerdo bien, y la cabeza prácticamente me explota. Recuerdo que ese día mi mamá, mi hermana y mi abuela me estaban esperando para comernos unas pizzas, y las dejé esperando largo rato…
Sería muchos años después cuando tuve una PC propia y pude jugar al Civilization (Call to Power) en mi propia máquina, y aquello me desarrolló una auténtica adicción. Pero también siento que me abrió los ojos a todo un mundo de entendimiento del funcionamiento de la geopolítica, la estrategia internacional, e incluso el desarrollo de la cultura y la ciencia.
Por supuesto todo eso también se vio reflejado en mis relatos eventualmente.
El Rol
Años después ya bien pasado de mis treintas comencé a jugar al rol y eventualmente a narrar, y me di cuenta que aquellos «juguetes» también eran una manera de inventarse una historia de imaginar nuevas aventuras. Por supuesto siempre y cuando te atrevieras a ir más allá de las limitaciones del juego.
Hace poco descubrí el mundo de los juegos de rol en solitario y creo que fácilmente podría convertirse en otro de esos momentos «Y que», en donde descubro toda una nueva serie de «juguetes» para contar historias…
