Los cilindros de O’Neill, enormes megaestructuras girando en el espacio para generar gravedad artificial en su interior. Aunque no han aparecido con frecuencia en la ficción, son una idea que nos viene desde los años 70’s cuando el profesor Gerard K. O’Neill, con un grupo de dedicados estudiantes realizaron una serie de estudios muy serios basados en ideas que eran incluso más antiguas (parece que ya Tsiolkovsky hablaba de ejemplos similares). O’Neill y sus estudiantes concluyeron que no solo era posible, sino que era posible con la tecnología que ya existía en la época (estamos hablando de las década del 70).
El gran problema por supuesto era el dinero. La idea en aquel entonces era que el Transbordador Espacial (que en aquella época era apenas un proyecto) serviría como plataforma para dar inicio a esta aventura. No se pretendía levantar los materiales desde la Tierra, sino en efecto establecer una colonia lunar precisamente para ese propósito. Lamentablemente aunque el Transbordador Espacial si sirvió para adelantar la investigación en el espacio, nunca escaló al nivel necesario. Y por supuesto no hemos regresado a la Luna en décadas.
Y sin embargo las cosas están cambiando ¿no es cierto?
Cohetes Reutilizables
Esperábamos que el Transbordador redujera el costo del acceso al espacio, y aunque sí lo hizo, no fue suficiente para las expectativas que teníamos entonces. No obstante en la actualidad vemos la aparición de una variedad de nuevas tecnologías para acceder al espacio. La más interesante es la de los cohetes reutilizables como son los aparatos de Space X.
Si han tenido la capacidad de crear una red global de Internet por satélites en apenas unos años, creo que bien podrían escalarse para otros proyectos similares. Por ejemplo la creación de una colonia lunar…
Así que ya no resulta tan imposible. Por supuesto Elon Musk y Space X tienen otros objetivos, ellos no están interesados en cilindros de O’Neill, sino en crear una ciudad en Marte. Pero por supuesto debemos recordar que el señor Musk es un maestro del marketing. ¿Qué llamaría más la atención? ¿Un cilindro de O’Neill del que nadie ha escuchado o una colonia marciana que ha aparecido en multitud de historias?
Ya vemos como Space X se ha comprometido con el desarrollo de la base lunar de la NASA durante los próximos años. Y quizá también los veamos envueltos en el desarrollo de la Estación en la órbita lunar Gateway. La cual será una buena práctica para proyectos más grandes.
Marte Vs…
Es un tema que he tratado en el blog con frecuencia, Colonizar y Terraformar otros mundos no es nada fácil. No solo se trata del problema de conseguir la atmósfera adecuada, la temperatura adecuada, la gravedad adecuada, etc. Sino además la razón económica para hacerlo.
Es muy cierto, es importante que la humanidad sobreviva, y que nos convirtamos en una especie multiplanetaria, o al menos no dependiente de un solo mundo. Pero resulta muy difícil justificarlo económicamente. Por supuesto podríamos alegar que Marte es todo un mundo nuevo y que por supuesto está lleno de infinitas posibilidades. Lamentablemente Marte al ser un planeta es otro «pozo de gravedad» y cualquier recurso que obtengamos sobre su superficie, va a costar mucho sacarlo a la órbita de nuevo.
Mientras tanto tenemos a la Luna y a los Asteroides. La Luna está cerca de la Tierra, los asteroides eventualmente podrían moverse, o podríamos atrapar alguno que se esté acercando a nuestro mundo.
La gran ventaja de la Luna y los Asteroides es que podemos extraer recursos de ellos con mayor facilidad. Y por supuesto podemos poner esos recursos en órbita de forma más fácil que con Marte (en el caso de los asteroides ya están en órbita).
¿Quieres crear una economía en el espacio? Esa es la excusa perfecta, con materiales económicos podrían crearse no solo nuevas naves y estaciones espaciales, sino toda una infraestructura espacial.
Y una infraestructura espacial necesitará gente…
Cilindros de O’Neill
El video de arriba de Isaac Arthur es uno de los mejores sobre este tema, lamentablemente no tiene subtítulos en español, pero les resumo algunos de los conceptos más importantes.
Los cilindros de O’Neill no son completamente desconocidos en la ficción, los hemos visto aparecer con frecuencia en las historias de Gundam, y la estación Babylonia 5 es una versión de estas megaestructuras. Así como también la novela de Arthur C. Clarke, Cita con Rama.
Con frecuencia se nos muestran estos cilindros como «Megaestructuras». En 1976 O’Neill y sus estudiantes calcularon que con los materiales la tecnología de la época podrían construirse cilindros en órbita de ocho kilómetros de diámetro y 32 kilómetros de largo. Con los materiales y técnicas que tenemos hoy en día podríamos crear estructuras incluso más grandes. Pero lo que se olvida con frecuencia es que también podríamos crear con mayor facilidad versiones más pequeñas.
El genial artista Bryan Versteeg suele plantear versiones mucho más modestas. Por ejemplo arriba vemos una de 50 metros de radio, suficiente para generar gravedad, sin causar mayor incomodidad. Y en la portada podemos ver el interior de una versión de 250 Metros de diámetro. Por supuesto tampoco sería sencillo crear estas versiones, pero sí mucho más fácil que crear las versiones más extremas.
Lo bueno, es que estos proyectos se pueden ir escalando lentamente. Así que estas versiones pequeñas pueden dar paso a versiones mayores poco a poco.
Otra gran diferencia entre las versiones reales y lo poco que hemos visto en la ficción es que sería preferible crear estas estructuras DENTRO de los asteroides. No solo como protección contra la radiación, sino como protección en general. Menos glamoroso, pero más realista.
Otro detalle importante a tomar en cuenta es que en nuestra época la robótica y la automatización reducen la dificultad de esta tarea.
Y sin embargo todavía resulta un concepto difícil de llevar a la realidad, no obstante, resulta más sencillo que la tarea de terraformar todo un planeta.
Si nos preguntamos si en verdad alguna vez veremos estos proyectos tomar forma, déjenme decirles que ya están tomando forma a nuestro alrededor. Recuerden que el propio Jeff Bezos, ex CEO de Amazon, y CEO de Blue Origin, se lo ha planteado como una meta largo plazo. Y quizá la competencia entre Musk y Bezos, consiga crear lo que no hemos podido hacer en todas estas décadas…
Es un tema que me fascina y que tiene mucho de que hablar, espero continuar más adelante. ¿Ya conocías a los cilindros de O’Neill? ¿Dónde habías leído sobre ellos? ¿O los estás descubriendo aquí?
