Platinum’s End es un manga por Tsugumi Ohba y Takeshi Obata, famosos por ser los creadores de clásicos como Death Note y Bakuman. En efecto en Platinum End nos encontramos con una historia que recuerda bastante a Death Note.
El protagonista Mirai es un joven que intenta suicidarse tras quedar huerfano y en mano de unos padres adoptivos abusivos. Pero antes de que consiga quitarse la vida, es contactado por su angel guardián Nasse, quien le otorga unos impresionantes poderes y lo invita a que se una a la competencia para convertirse en el nuevo Dios, pues el actual está a punto de ceder el trono.
Así comienza la historia, pero lo interesante es que Mirai es solo uno entre otros 13 candidatos quienes también han adquirido una serie de interesantes habilidades y quienes están ansiosos por unirse a la competencia.
Similitudes con Death Note
Nos encontramos con un mundo que mezcla nuestra realidad de todos los días con el mundo sobrenatural. Hay cierta influencia del cristianismo y sus ángeles, pero con una serie de reglas propias que se inventan los creadores de la historia.
Además durante los primeros volúmenes del manga nos encontraremos con «Metropoliman» un antagonista de una inteligencia tremenda que recuerda al Yagami Light de Death Note.
Lo interesante será ver a los protagonistas y antagonistas utilizar las ventajas y limitaciones que les otorgan estos poderes divinos. Como si se tratara de un rompecabezas, pero arriesgando en ello sus propias vidas.
Es como si tomaramos a Death Note y lo eleváramos al cuadrado.
El Arte de Platinum End
Uno de los principales poderes que adquieren los protagonistas de la historia es la habilidad de volar y transportarse a increíbles velocidades. Esto le da una peculiar libertad al artista (Obata) de mostrarnos el mundo desde otras perspectivas, de cambiar de ambientación en un instante, de crear conflictos que abarcan enormes distancias, etc.
Algunos han criticado el uso los uniformes de «Super Sentai» que los protagonistas utilizan. Pero eso es juzgar el manga desde el punto de vista occidental, ¿qué puede ser más Japonés que un traje de Power Rangers?
Además es innegable que en este caso Obata le ha puesto más esfuerzo a su arte, o al menos ha tenido más recursos, más tiempo o quizá simplemente se liberó más. Pero es innegable que estamos ante un arte muy superior.
Protagonistas poco Protagónicos
A nadie le puede caber duda que Tsugumi Ohba tiene la capacidad de crear personajes fascinantes. Por alguna razón L y Yamagi Light son dos de los personajes más fascinantes del manga y el anime. Y podemos verlo nuevamente en este mismo manga con personajes como Kanade Uryu (Metropoliman) y Hajime Sokotani, un sujeto lleno de complejos, pero fascinante.
Lamentablemente en el caso de los dos protagonistas principales, Mirai, y Saki, decide tomar a dos personalidades más promedio, menos extremas, más blandas. Y la verdad es que no le sale nada bien.
¿Por qué Ohba decide tomar a estos protagonistas en lugar de hacer lo mismo que hizo en Death Note y enfrentar a dos personajes extremadamente inteligentes? Pues mi opinión es que intentó atraer a un mayor público con unos protagonistas más comunes. Porque después de todo ¿cuantas personas pueden identificarse con un genio?
El problema es que en medio de un montón de personajes interesantes con multitud de elementos en sus personalidades, los protagonistas quedan un poco relegados. Es como si se salvaran de casualidad, como si ellos fueran el público de lo que los demás están haciendo. De hecho la propia Saki hace referencia a ello.
¿Se puede Recomendar Platinum End?
Se trata de un manga sumamente interesante, de eso no cabe duda. Ha tenido unos momentos fascinantes, sobre todo durante la etapa de Metropoliman y Sokotani. Sin embargo en estos momentos se siente como que la historia se encuentra en un puente, como que no ha encontrado cómo fluir a la siguiente etapa. Se continúan acumulando un montón de misterios, se han revelado otros, pero no puedo negar que ha perdido interés.
¿Recomiendo el manga? Sí lo recomiendo, pero con paciencia, esperemos que este dúo que nos ha dado historias tan buenas, consiga hacerlo de nuevo.
