Los Cielos de Júpiter: Medidas Desesperadas

Las corbetas de la rebelión intentan recuperarse de la terrible explosión mientras que el grupo de cazas procura ganarles tiempo contra un enemigo que se aproxima, pero las cosas no terminan allí.

La flota enemiga sabía lo que estaba haciendo, se posicionaban hacia abajo, entre Júpiter y las naves de los rebeldes para cortar la retirada, Louis sabía que no podía permitir aquello, sus compañeros no estaban en posición de resistir una lucha prolongada.

—Tenemos que prevenir que terminen de ponerse en posición, debemos atacar ahora, ¿me escuchan? Después pueden preocuparse de crear formaciones, ahora ataquen ataquen ataquen.

Genevieve y Alphonse crearon una pequeña formación delta alineándose detrás de Louis tan bien como pudieron. Los otros también crearon algunas formaciones apresuradas. Louis aceleró con tanta fuerza que sintió como si su espalda y el asiento estuviesen a punto de volverse uno solo; tenía que concentrarse para ingresar y extraer el aire de sus pulmones.

Aproximándose a la formación enemiga por arriba y a la izquierda los Rackham abrieron fuego mientras sorteaban ellos también las balas de los cañones enemigos.

El nuevo piquete de la inquisición era ligeramente mas grande que el que acababan de vencer, doce naves en total, pero solo cuatro eran fragatas, los otros eran ocho destructores grandes y bien armados; pero quizá la inercia de los destructores jugara a su favor al ser naves mas grandes tendrían dificultades con los pequeños y ágiles cazas.

Sin embargo las posibilidades de que los disparos de las diminutas naves consiguieran hacer alguna mella en aquellos poderosos destructores estaba fuera de toda discusión.

Las cuatro fragatas se habían detenido a hacerle frente al ala de cazas, pero los ocho destructores pretendían seguir de largo contra las corbetas de Sheila que todavía intentaban recuperarse no digamos ya recuperar los cuerpos y remover los restos de las naves perdidas.

—Esto no nos sirve amigos, tenemos que presentar a esos destructores un blanco jugoso, háganles creer que tienen oportunidad, tiéntenlos, y si no lo hacen —Louis lanzó una ráfaga de disparos contra los propulsores de control de uno de los destructores— que sientan que habrán consecuencias.

—¿En qué se diferencia esta estrategia tuya de la que yo intenté aplicar hace poco? —Preguntó Alphonse imitando a su hermano y teniendo tan poco éxito como él.

—No se trata de un trabajo individual, quizá el grupo consiga hacer algo —le respondió Genevieve.

—No lo creo —aclaró Louis— pero tampoco pienso que tengamos alternativas, nos toca actuar irracionalmente para ayudar a nuestros aliados.

Mientras tanto continuaban bailando entre los cañonazos de las fragatas.

—Intenten ubicarse entre las fragatas y los destructores —sugirió Louis— quizá así nos disparen menos, o quizá tengamos suerte y comiencen a dispararse entre si.

En efecto una de las fragatas intentando disparar a uno de los otros cazas terminó por darle a uno de los destructores, aquello tuvo el efecto de que los disparos del lado de la inquisición cesaran.

—¡Funcionó! —Louis estaba tan alegre como sorprendido, pero no le duró mucho— Están intentando volver a formarse, no podemos permitirlo.

Pero en aquel momento desde los destructores surgía una lluvia de misiles dirigida hacia los pequeños cazas.

—Esto es una locura ¿qué sentido tiene dispararnos misiles? —Preguntaba Genevieve mientras evadía y destruía los proyectiles que se le aproximaban con enorme facilidad.

Al igual que ella el resto del ala de cazas también habían evadido lo que había dado la oportunidad al piquete enemigo de volver a formarse solidamente y se encaminaban hacia las corbetas de los rebeldes.

—Allan ¿cómo vamos? —Preguntó Louis por la radio

—Mal —la que respondió fue Diana quien no había abandonado la corbeta de Sheila— la mayoría de los tripulantes de las corbetas están muy golpeados, y cada vez que descubrimos un nuevo cadáver todos entramos en shock porque era alguien a quien conocíamos de una forma u otra.

—Pues tienen que apresurarse, la Inquisición va contra ustedes, estamos intentando detenerles, pero sin mucho éxito.

—Vamos a intentarlo pero Louis… —la voz de Diana se partió— esto es espantoso.

La formación de naves de la inquisición continuaba avanzando inexorablemente, los destructores iban abriendo el paso mientras que las fragatas cerraban la formación; los cazas mientras tanto entraban y salían de los alrededores de la formación enemiga disparando aquí y allá intentando obligarlos a detenerse, separarse, o al menos distraerlos, pero era inútil.

—Así que ¿ni se van a dignar a mirarnos? —Louis retiró su caza de la formación enemiga— quiero que todos se formen detrás de mi como una línea, todos vamos a enfocarnos en los motores de la fragata de la esquina inferior izquierda, entramos disparamos y salimos ¿de acuerdo?

Así lo hicieron, todos siguiendo a Louis entraron por uno de los flancos y dispararon una y otra vez sobre los motores de la nave enemiga, incluso el poder concentrado de los disparos no consiguió destruir la nave, pero sí deshabilitar el motor de forma temporal. La fragata era incapaz de continuar moviéndose, pero sí podía realizar pequeñas maniobras y se volteó a encarar a los cazas.

Pero poco podía hacer arrastrándose lentamente detrás de su formación, los cazas se apartaron de ella y repitieron la misma maniobra una y otra vez contra las tres fragatas restantes con los mismos resultados.

—Muy bien los destructores han quedado solos, intentemos repetir la misma técnica sobre ellos hasta que los obliguemos a ocuparse de nosotros, pero seamos cuidadosos, ya sabemos como reaccionan cuando se saben perdidos.

Estaban disparando contra uno de los destructores que iba mas adelantado cuando recibieron un mensaje de Diana.

—Louis, todavía nos falta demasiado, y nuestros sensores acaban de detectar un tercer piquete de la Inquisición acercándose.

Su ataque había surtido efecto, uno de los destructores se hallaba prácticamente inmóvil, disparaba misiles y torpedos en todas direcciones pero era inútil los pequeños cazas se escapaban de todas maneras; pero era solo uno, los otros siete continuaban su camino y ya pronto estarían a distancia de tiro del punto en donde Diana y las otras corbetas intentaban recuperar los restos. Pero aún peor, Diana estaba detectando un nuevo grupo de naves de la Inquisición.

—Atención a todos los cazas, rompan formación y reúnanse con las corbetas, intenten apoyarlos como puedan.

—¿Y mientras tanto tú que harás hermano? —La voz de Genevieve estaba llena de dudas.

—Te dí una orden Genevieve, no es momento de cuestionarla.

Los cazas abandonaron la batalla y se adelantaron a la formación enemiga para unirse al grupo de corbetas sobrevivientes.

Luois comenzó a dar vueltas en torno a la flota enemiga, luego abrió una comunicación a través de una señal abierta:

—Atención señores de la flota de la Inquisición, me han dicho que ustedes reconocen el sonido de mi voz, pero en caso de que aún no lo sepan, mi nombre es Louis Rackham.

Por unos instantes las naves de la Inquisición siguieron su camino como si nada, pero de pronto se detuvieron como quien descubre que está frente a un tesoro; y por supuesto no tardaron en abrir fuego con todo lo que tenían…

Los Cielos de Júpiter Continúa el Viernes 28 de Marzo de 2014

Eso fue entonces, en la reedición será el Miercoles 27 de Febrero de 2019

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Lobo7922

Creador de La Cueva del Lobo.

Desde muy joven me sentí fascinado por la Ciencia Ficción y la Fantasía en todas sus vertientes, bien sea en literatura, videojuegos, cómics, cine, etc. Por eso es que he dedicado este blog a la creación y promoción de esos dos géneros en todas sus formas.

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