La nave colonizadora O’Neill es una alternativa a las clásicas naves colonizadoras que vemos en la Ciencia Ficción. Su principal intención es no solo fundar una nueva colonia en un nuevo mundo. Sino también dejar a esa colonia con la capacidad de defenderse, sobrevivir y continuar la expansión de su civilización tan rápidamente como sea posible.
Hemos visto naves colonizadoras en multitud de medios, la nave llega y con frecuencia aterriza en el nuevo mundo. Entonces por lo general es «canibalizada» para crear nuevas estructuras en la colonia que se está fundando. Así los colonos quedan en una suerte de estado primitivo, indefensos. Y casi siempre incapaces de crear una nueva nave espacial por mucho tiempo.
Esto es mucho más frecuente en los famosos juegos de 4X como Endless Space 2 o Distant Worlds, pero es algo que se toma por descontado. Pero si te pones a pensarlo resulta bastante absurdo.
En primer lugar asume que los colonos serán capaces de sobrevivir en un mundo que apenas conocen. Segundo asume que una vez en el planeta no encontrarán otros peligros tanto dentro como fuera del planeta. Y tercero, deja a los colonos presos de un «pozo gravitatorio» del que no podrán escapar sino tras mucho tiempo y esfuerzo.
Es por eso que quisiera presentar una posible alternativa y estoy seguro que a los más fanáticos del blog no les extrañará mi propuesta.
La Nave Colonizadora O’Neill, Colonizar a lo Grande
Un cilindro de O’Neill pero no uno estático sino con capacidad para moverse. Por supuesto sería mucho más costoso que la clásica nave colonizadora, porque prácticamente ya lleva la colonia terminada en su interior. Además sería más delicado a la hora de moverse, pero se supone que una civilización de crear algo de esta envergadura, podría resolver los problemas técnicos. Pero resolvería muchos de los problemas que hemos enumerado antes.
Pero hay un detalle adicional que cambia radicalmente el concepto de la colonización espacial. Ya no se necesitarían «mundos especiales». En las clásicas historias de la Ciencia Ficción, los colonos son muy afortunados porque han encontrado un «mundo habitable» un mundo especial que tiene unas características muy similares a las de la Tierra.
Pero como sabemos en la actualidad las posibilidades de algo así son bastante remotas. Nuestro sistema solar es especial, por mucho que nos cueste admitirlo y por lo general los mundos más parecidos a la Tierra que hemos descubierto, son gigantescos y con una gravedad muy distintas a las que el ser humano está acostumbrado.
Pero el diseño de esta nave no tendría problemas con eso. El hábitat de la colonia ya está en su interior funcionando al 100% y los colonos podrían obtener los recursos del mundo al que están llegando utilizando sondas robóticas. Podrían entonces dedicarse a la terraformación de aquel mundo con toda la calma, o de ser la terraformación un imposible o demasiado costosa, sencillamente podrían dedicarse a ampliar su propia nave, crear otros cilindros de O’Neill independientes, o quizá aún mejor, crear nuevas naves colonizadoras similares a la suya y así multiplicar las posibilidades de la colonia.
Sería así una suerte de sonda de bracewell, pero en lugar de robótica, aprovehcando también el ingenio de las personas que serían capaces de adaptarse a las circunstancias con mayor facilidad.
¿Un Futuro No Tan Lejano?
Cuando pensamos en naves colonizadoras imaginamos naves cruzando el espacio interestelar. Pero eso es debido a que tendríamos que encontrar esos «mundos especiales». Pero una vez que eso no es necesario, se abren un montón de posibilidades enormes, y más cerca de nuestros tiempos.
Por ejemplo imaginemos una de estas naves colonizando el cinturón de asteroides, y creando nuevas estaciones en órbita de los asteroides más importantes. O incluso creando nuevas naves para continuar colonizando más allá, hacia Júpiter, Saturno, y hasta a los mundos de la oscuridad.
¿Cómo sería una humanidad con una flota de estas naves a su disposición? ¿Imaginas lo que aprendería nuestra civilización? ¿Puedes concebir la cantidad de recursos que estarían a nuestra disposición? Ya no parece tan inconcebible la idea de una Esfera de Dyson.
Diseño y Construcción
Tal vez más simple que un cilindro de O’Neill sería una esfera de Bernal, o un diseño que si bien menos confortable, sería más sencillo y económico de producir. Todo dependería de las condiciones económicas.
Lo más sabio sería crear no una sola nave, sino una flota, o al menos un par de ellas para garantizar cierta redundancia.
Para la protección de la nave con frecuencia se sugiere un asteroide hueco. Pero supongamos que estamos en una etapa previa a la minería de asteroides. Sería más fácil obtener regolito lunar para cubrir la nave.
Y precisamente los materiales para la construcción de esta nave o naves, se obtendrían de la Luna. A través de un acelerador magnético, tal y como proponía Gerard K. O’Neill en los 70’s para la construcción de sus famosos cilindros.
Además también sería útil proveer a la nave de alguna forma de acceder a planetas o mundos sin necesidad de aterrizar. Solemos pensar en una nave más pequeña. Pero ¿quizá un ascensor orbital o un gancho orbital serían una mejor idea?
Imagino entonces una flota de estas naves que continuamente estarían colonizando diferentes zonas del Sistema Solar. Siempre en comunicación con la Tierra y unas con otras. Cada vez mejorándose y creando nuevas versiones de si mismas.
Eventualmente las imagino colonizando la Nube de Oort, hasta que desarrollen las tecnologías para internarse en la búsqueda de los «mundos de la oscuridad» en el vacío interestelar, o incluso hasta otras estrellas. ¿Por qué no? Después de todo no llevan prisa.
La imagen de portada es Orbital Express 2 por Benjamin Last.