Mark Millar vuelve a la carga con otra historia corta, Chrononauts, un cómic que nos narra la historia de dos científicos geniales Corbin Quinn y Danny Reilly quienes consiguen desarrollar un método para viajar a través del tiempo.
Al principio solo envían pequeñas sondas para observar el desarrollo de la historia en vivo, y retransmitir los grandes momentos de la humanidad por televisión. Pero eventualmente se deciden a viajar ellos mismos en persona, y las cosas no salen como esperan…
A partir de ese punto se desarrolla la historia de viajes en el tiempo mas loca que he leído en mi vida
Como regla general en las historias de viajes en el tiempo, nos encontramos con sesudos científicos quienes hacen todo lo posible por preservar la continuidad temporal. Pero en Chrononauts nos encontraremos con todo lo contrario. Carros último modelo atravesando un hipódromo durante la época de la Roma Imperial, Combates con aviones en los tiempos de Mesopotamia, etc.
La continuidad temporal es lo que menos le importa a estos chicos y de esa manera nos traen una historia totalmente demencial, pero precisamente por eso, es innovadora y divertida.
Otro detalle interesante es que mientras que muchos creadores de cómics continúan apostando por largas e inacabables sagas, Millar sigue brindándonos historias cortas. Chrononauts se termina en apenas cuatro entregas; lo cual es de aplaudir.
El arte de Sean Murphy y Matt Hollingsworth, habla por si mismo.
Creo que pocas veces en la vida un artista de cómics tiene la oportunidad de crear unas escenas tan locas y tan geniales como las que nos presentan en Chrononauts. En el futuro estos artistas volverán a mirar estas imágenes y se darán cuenta que este fue un gran momento en sus carreras.
En conclusión, puede que Chrononauts no tenga mucho sentido, en ocasiones sus locos protagonistas hacen que uno se tire de los cabellos de pura frustración, pero no cabe duda que en medio de toda esa demencia, hay un cómic genial y entretenido.
