La Cueva del Lobo

Religión y Ciencia Ficción 4: La Singularidad tecnológica, el nuevo Ragnarok

terminator

Sabíamos que el mundo no sería el mismo. Unos pocos rieron, unos pocos lloraron, la  mayoría se mantuvo callada. Yo recordé la línea de las escritura indias, el Bhagavad-Gita… “Ahora, me he convertido en Kali, el destructor de mundos”.
J. Robert Oppenheimmer.
La bomba nuclear representó durante mi niñez, el apocalipsis; la certeza de que en algún momento del futuro, la estupidez y la arrogancia de la humanidad terminaría con todos nosotros.
El desarrollo de la bomba nuclear, y en mi opinión específicamente el proyecto Manhattan crearon en nuestro inconsciente colectivo la impresión de que “la ciencia todo lo puede” pero también exacerbaron nuestro “complejo de Frankenstein” la sensación de que el desarrollo científico y tecnológico estaba yendo demasiado rápido y se estaba saliendo de nuestras manos.
Sin embargo y a pesar de las mas terribles profecías, a pesar de “La Crisis de los Misiles Cubanos” aquí seguimos, el fin de los tiempos no ha llegado; la humanidad ha poseído armas nucleares desde finales de los años 40’s y sin embargo aquí seguimos.
Hoy en día vuelve a resurgir un nuevo mito, un nuevo apocalipsis, una nueva profecía del fin de los tiempos, pero en esta ocasión no se trata de una chusma de ignorantes, esta nueva amenaza surge entre la mas alta élite intelectual de nuestra sociedad.
La Singularidad tecnológica, el temor de que “muy pronto” o “en unos cuantos años” las máquinas serán capaces de adquirir un nivel de inteligencia superior a la humana, y así auto mejorarse a sí mismas de modo de ir alcanzando nuevos niveles de inteligencia hasta llegar a estadios incomprensibles para nosotros.
¿Existe un rastro de verdad en esto? o ¿se trata de una nueva mistificación de nuestra parte?

¿Puede una computadora volverse mas inteligente que un ser humano?

Busca a tu perro o a tu gato, háblale, llámalo por su nombre, ofrécele comida, etc.

Ahora intenta hacer lo mismo con tu computadora…

¿Funciono? Ese es el nivel al que están las computadoras en la actualidad.

No obstante supongamos que sí conseguimos desarrollar una máquina con cierto nivel de inteligencia artificial. ¿Qué nos impide utilizar entonces esa misma máquina para igualmente mejorar nuestra propia inteligencia?

Una computadora, es una herramienta, si esa herramienta mejora, ¿por qué no podemos usar esa herramienta para hacer las cosas mejor nosotros mismos?

Es muy fácil, pensemos en este concepto, ¿qué sería mas fácil? Que una computadora por si sola desarrollara una inteligencia superior a la humana; o que un ser humano (que ya posee inteligencia) en asociación a una computadora, desarrolle una inteligencia superior a la humana…

“El futuro ya está aquí, es solo que no está equitativamente distribuido”

Atribuido a William Gibson.

La otra Singularidad tecnológica

En varias ocasiones les he explicado que en mi opinión la singularidad tecnológica ya está pasando, todos los días a nuestro alrededor, cada vez poseemos nuevas y mejores herramientas que nos permiten acceder al conocimiento colectivo de nuestra sociedad de nuevas  y mas fáciles formas. Lo mejor quizá sea que estas herramientas se están volviendo cada vez mas económicas.

Igualmente todos los días se desarrollan nuevas formas de comunicación, aunque que desde afuera puede parecer banal, es en realidad de una importancia capital, pues lleva nuestras sociedades aisladas y regionales a convertirse en una gran sociedad planetaria.

Pequeños avances de este tipo, pero masificados a personas en todo el mundo, se traducen en un gran salto en la inteligencia humana; quizá no tenga mayor incidencia en la vida individual de cada ser humano, pero cuando tomamos en cuenta que ese mismo cambio se está gestando en millones de seres humanos en todo el mundo, tenemos que compender que es un cambio radical y muy similar al que describen los “profetas” de la Singularidad Tecnológica.

Los seres humanos podemos tomar estas herramientas que nos están ayudando a mejorar y a volvernos mas inteligentes, para acelerar el proceso y diseñar nuevas herramientas que nos hagan incluso mas inteligentes que antes; entrando así en un ciclo igual que la Singularidad Tecnológica, pero sin que la humanidad quede por fuera.

La Tecnología como culto

Lo que yo deseo que veamos aquí, es como esta tendencia de predecir el fin del mundo se repite y se repetirá una y otra vez, los seres humanos tenemos la costumbre de crearnos estos mitos. El hecho de que en estas nuevas historias utilicemos armas atómicas e inteligencias artificiales, no implica la gran diferencia, se trata nuevamente del mito del Ragnarok, pero en lugar de los dioses de Asgard y los gigantes de hielo, ahora tenemos al Terminator y a John Connor.

Así como antes les hablaba de la necesidad que parecen tener los seres humanos de “creer en algo” igualmente parece que también poseemos esta necesidad de inventarnos finales dramáticos para nuestra historia como especie.

Pero esta mistificación no se reduce a la creación de estos mitos. Al parecer somos muy dados al fanatismo y ahora incluso la misma ciencia se está convirtiendo para algunos en una suerte de religión…

La Ciencia como Religión

Lo triste es que esta tendencia llega incluso hasta la sagrada ciencia (¿lo ven? hasta yo lo hago) cada vez que somos incapaces de entender algo, pues lo deificamos, la ciencia se va volviendo cada vez mas incomprensible para el hombre común, razón por la cual las personas tienden a encumbrar a los científicos; quienes se convierten así en suertes de magos, o de sacerdotes, poseedores de un poder arcano.

Pero eso es hasta predecible, es una tendencia atávica que no desaparecerá de la mañana a la noche.
Lo triste en cambio es cuando dentro de la misma comunidad científica se asientan dogmas y creencias intocables, es triste ver como personas carentes de visión cierran el paso a corrientes de investigación innovadoras por el simple hecho de que esas teorías no están de acuerdo al canon establecido o la moda de la época.

“No hay lugar para el dogma en la ciencia. El científico es libre y debe ser libre para hacer cualquier pregunta, dudar de cualquier certeza, buscar cualquier evidencia y corregir cualquier error.”

J. Robert Oppenheimer

Conclusión

Existe la tendencia en nuestras sociedades de crear estos mitos de la creación y la destrucción del mundo, al igual que el mito del Ragnarok no es real, tampoco lo son estas nuevas versiones como la de la Singularidad Tecnológica o similares.

El mundo está cambiando sí, a un ritmo trepidante, cierto, pero seguiremos aquí, cambiados y transformados nosotros también, pero seguiremos siendo nosotros con todos nuestros defectos y virtudes 🙂

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