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La Fortaleza Dorada Capítulo II: La Horda

The clothing and tools of a medieval knight on the table

Saludos amigos, continuamos con el segundo episodio de La Fortaleza Dorada:

Orcos de piel verde, de piel azul, de piel morada, o de piel gris, orcos como Kalidor no había visto en toda su vida. En efecto Ernoligas venía al mando, enarbolando la bandera de las montañas del sur. Pero junto a él venían otros, líderes de muchas otras tribus, con muchas otras banderas, aquello no era bueno. ¿Cómo había hecho Ernoligas para convencer a aquella gente? Kalidor no lo tenía muy claro.

Ernoligas lo paseaba a él y a Selemto entre los guerreros como haciéndoles una suerte de presentación de armas informal. Al verlos pasar los soldados se ajustaban en formaciones, más organizadas de lo que se le daría crédito a los orcos en general. Los chamanes los colmaban de bendiciones, que hacían que los pelos de la nuca de Selemto se erizaran. Y los líderes de cada tribu los saludaban con estudiado respeto.

Pero Kalidor notó algo extraño, por allí por donde Ernoligas no los estaba paseando, también habían humanos, enanos, y halflings. Aquello no era tan curioso, un ejército de aquella magnitud de seguro llamaría la atención de más de un aventurero. Fue cuando Kalidor notó un detalle adicional que comenzó a preocuparse. Entre los campamentos observó gran cantidad de mujeres y niños…

Mientras un grupo de chamanes se empeñaba en una complicada danza, el príncipe tomó a Ernoligas por el brazo con fuerza.

—¿Estás pensando enviar a los niños a la guerra también? —Le preguntó casi en un murmullo pero con suficiente claridad para ser entendido.

De inmediato el líder de los orcos apartó la vista.

No, no, de ninguna manera —le quitó la mano— Los niños ¡y la mayoría de las mujeres! Se quedarán aquí.

¿Qué había pasado en el sur que tanta gente había preferido unirse a un ejército mercenario? ¿Incluso las mujeres y los niños? Kalidor tenía que saber.

—¿Me dirás lo que está ocurriendo en el sur o tendré que averiguarlo por mi cuenta?

El orco volvió a apartar la vista y se rascó la barbilla, intentando prolongar su respuesta. Kalidor dejó de aparentar que estaba prestando atención a la danza y enfrentó al enorme orco.

—Son muchas cosas —dijo Ernoligas por fin— las cosechas no se dieron bien, cazamos a las bestias hasta casi extinguirlas, y los ríos están congelados. —Meneó la cabeza— Teníamos pocas opciones ¿sabes? Así que cuando llegó tu oferta. —Abarcó con su mano a todo el campamento— Las cosas se salieron un poco de las manos…

Kalidor volvió a mirar a aquella inmensa horda. No estaba en presencia de un ejército, aquello era el pueblo entero de las montañas del sur.

—Y no me lo explicaste porque pensaste que me aprovecharía, ¿no es cierto?—Kalidor apuntó al orco de forma acusadora. Este apartó la vista de nuevo.— Que poco me conoces viejo amigo, que poco me conoces.

Cuando iban a continuar la discusión, fueron interrumpidos por un poderoso alarido. En las puertas de la fortaleza flotaba una mujer semidesnuda de cabellos dorados.

—¿¡Donde está mi hijo!?

El grito fue tan potente que toda algarabía cesó de inmediato, los llantos de los niños, los sonidos de las bestias. Todo quedó en el más absoluto silencio.

Con la increíble agilidad que caracteriza a los medio elfos, Kalidor subió casi al instante a la copa de un árbol.

—Estoy aquí madre —El silencio era tan profundo que el príncipe no tuvo que levantar su voz demasiado— Estoy pasando revista al magnífico ejército que nuestro amigo Ernoligas nos ha traído en nuestra hora de necesidad.

La mujer dejó de flotar lentamente y volvió a tocar el suelo.

—¡Estamos muy agradecidos por su ayuda mis buenos señores, siento haberlos asustado! —dijo la reina recuperando algo de compostura, y de inmediato se regresó por las puertas. Pero Kalidor pudo escuchar con claridad cuando volvió a preguntar: —¿Donde está Indiara?

—No sé quien sea Indiara —murmuró Ernoligas— Pero sea quien sea, está muerta.

Kalidor tenía el corazón agitado y no era por haber subido y bajado del árbol, miró a la horda y pensó que por un momento muchos estuvieron cerca de morir.

Eso es todo por hoy. la historia continuará el próximo Domingo 24 de Enero 2021

La imagen de portada pertenece a:

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