La Cueva del Lobo

El Fin de La Eternidad

El Fin de la Eternidad

Aprovechando que hoy es el aniversario del nacimiento del Buen Doctor Isaac Asimov, y que durante este mes estaremos centrados en el tema de los viajes en el tiempo, voy a volver a comentar El Fin de la Eternidad, uno de los libros que mejor ha tratado este tema.

Asimov con la genialidad que le caracterizaba, tomó el concepto del viaje en el tiempo y lo llevó a su extremo, no ya uno o dos viajeros en el tiempo, si no toda una civilización basada en el control del tiempo y de la historia, y aunque es cierto que no fue él quien tuvo esa idea por primera vez (recordemos que La Patrulla del Tiempo de Poul Anderson toca un concepto similar) pero lo que distingue a la obra de Asimov es el detalle.

Por ser un trabajo clásico de Ciencia Ficción voy a suponer que la mayoría ya ha leído este libro así que, Atención que voy con spoilers:

Ya desde el principio nos habla de hipertiempo e hipotiempo, lo cual desde ya nos habla de una estructura lingüística completa y diferente basada en torno al tiempo. Pero los “eternos” no solo poseen un lenguaje interesante, poseen también todo un modo de operaciones que se definen en los conceptos de CMN (Cambio Mínimo Necesario) y RMD (Resultado Máximo Deseado) los eternos no solo intervienen en los sucesos históricos, intervienen de un modo específico, intervenciones lo suficientemente pequeñas pero que consigan el resultado que buscan.

Si bien los Eternos pueden interactuar con las diferentes épocas en donde están basados, ellos mismos están aislados del tiempo, si bien ellos pueden generar cambios en la historia para conseguir la mayor cantidad de felicidad para la humanidad, ellos mismos están aislados de esos cambios ¿están por lo tanto aislados de la felicidad que ellos mismos desean generar? Mientras que todas las épocas van cambiando y se supone que “mejorando” la Eternidad en si misma permanece estática, ¡La Eternidad es la última burocracia!

Observemos entonces como este mecanismo del argumento sirve varios propósitos, este “campo de tiempo sustantivo” en el que se mueven los eternos, sirve para que puedan intervenir en el tiempo sin ser afectados por él, pero también los deshumaniza, cuando los eternos deciden que pueden intervenir en la historia humana sin afectarse a si mismos, se están alzando a la categoría de deidades y reducen al resto de los seres humanos a meros conejillos de indias.

La pregunta que plantea Asimov con esta historia es ¿qué sacrificios estamos dispuestos a asumir para alcanzar nuestra felicidad? ¿Estamos dispuestos a deshumanizarnos? ¿Estamos dispuestos a ser controlados en cada paso? ¿A cada respiro?

Curiosamente hay una película de El Fin de la Eternidad que se realizó en los 80’s en la Unión Soviética, y por supuesto el final es muy diferente al original del libro, allí el protagonista Harlan “se da cuenta” que está siendo manipulado por los “burgueses”…

Por supuesto esta novela está lejos de ser perfecta, los personajes son demasiado cuadrados, demasiado estereotípicos, el trato que Asimov le da a la protagonista femenina, aunque muy interesante, está muy encuadrado en la visión de los 50’s (la época en que se escribió esta novela).Pero admitamos que si bien los personajes no son lo mejor de esta historia, el manejo de la idea que consigue Asimov es asombroso.

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