La Cueva del Lobo

¿Cómo Enamorarse del Gimnasio?

¿Cómo enamorarse del gimnasio? Esta pregunta la planteó algún tiempo atrás, en las redes sociales, un caballero a quien admiro mucho. Recuerdo que entonces me dije ¿cómo es posible que este señor que es un genio tan talentoso no conozca el secreto? Y resulta que se puede ser una persona genial en muchos aspectos de tu vida, y al mismo tiempo ser un completo ignorante en muchos otros.

El secreto para «enamorarse del gimnasio» es muy sencillo: Comenzar poco a poco.

Al igual que cuando intentas cambiar cualquier otro patrón de comportamiento, no puedes pretender convertirte en otra persona de la noche a la mañana. Tu cuerpo no está acostumbrado, tú mente no está preparada, y los cambios deben ser paulatinos para que sean permanentes.

Tu rutina diaria no incluye el hacer ejercicio, y pretender cambiar esa rutina de forma radical es un absurdo. No tienes el tiempo ni la motivación. Pero un cambio pequeño, algo que no sea demasiado radical, y que puedas sostener, puede iniciar una mejora en tu vida a largo plazo.

Female Trainers

¿Cual sería el Cambio Mínimo para Enamorarse del Gimnasio?

Así como los viajeros del tiempo de la Eternidad de Asimov, ¿cual sería el «Cambio Mínimo Necesario» para generar un cambio en tu futuro? Es difícil de juzgar y va a depender mucho de cada persona. Algunos serán más activos, otros tendrán problemas de sedentarismo más graves. Pero si tienes años sin practicar ningún deporte lo más recomendable será comenzar con algo tan simple como caminar. Y no te plantees caminar kilómetros y kilómetros al comenzar, la primera semana deberías enfocarte en darle una vuelta a la manzana o incluso menos.

Pero ¿qué pasa si hasta tienes dificultades para caminar? Todos hemos visto el caso de esas personas que no pueden ni levantarse de la silla, ¿qué puede hacerse en ese caso? ¿Está todo perdido? Pues lo mejor sería que consultaran con un médico evidentemente. Pero si tienen problemas para caminar, todavía tienen la opción de mover los brazos, o incluso de sacudirse. Algo tan simple como agitar tu cuerpo unos minutos al día puede representar un gran cambio si tienes años de no moverte.

El Segundo Paso

De nuevo va a depender de cada persona, pero como regla general deberías volver a evaluar tu rutina de ejercicios todas las semanas. Y ¡OJO! No solo para incrementar el esfuerzo todas las semanas, sino para evaluar si debes reducir el mismo. Plantea unos objetivos cada semana (El Domingo en la noche por ejemplo) Y luego la semana siguiente evalúa ¿cómo lo hiciste? ¿Conseguiste tus objetivos? ¿Tuviste el tiempo de hacer todo lo que querías? Si lo lograste, es buena idea incrementar un poco tus metas para la próxima semana, si no lo conseguiste, pregúntate ¿por qué? ¿Tuviste problemas de tiempo? ¿Pretendías demasiado de ti mismo? ¿Cómo podrías hacerlo más fácil? Y vuelve a intentarlo. Recuerda, es mejor hacer poco que continuar siendo inactivo.

Al crear tu plan de ejercicios, no olvides incluir descanso, no pretendas hacer el mismo esfuerzo todos los días. Debes dejar algunos días para descansar. No digo que dejes de hacer ejercicio todo el día. Pero algunos días el esfuerzo debería ser mínimo para permitirte recuperarte mejor de los días más extenuantes.

El Problema de los Atletas Juveniles en su Madurez

Muchas veces me toca ver a amigos y conocidos que en su niñez o en su juventud eran relativamente activos, o atléticos, pero luego dejaron la actividad física de un todo para dedicarse a sus estudios o su trabajo, y entonces cinco, diez o veinte años después, pretenden iniciar un programa de ejercicios de nuevo, prácticamente igual a lo que hacían todos esos años atrás.

Lamentablemente apenas con 48 horas que se deje de entrenar, el cuerpo humano ya comienza a perder el tono. No digamos ya cinco, diez o veinte años después.

Es decir, ya no eres la misma persona que eras entonces, en efecto la memoria muscular nunca se pierde y posiblemente puedas recuperar la capacidad que tenías entonces con mayor rapidez que otras personas. Pero al principio te toca comenzar desde cero como todos los demás.

No te enamores del gimnasio

Esto es una cosa curiosa que decir en un artículo sobre ¿cómo enamorarse del gimnasio? ¿No es cierto? Pero es que me he dado cuenta que muchas veces el gimnasio es más un impedimento para hacer ejercicio que una ayuda, sobretodo cuando estás comenzando. No encuentras un gimnasio que te guste, te avergüenza ser un novato en el gimnasio, el auto no funciona y no puedes llegar al lugar, tienes que comprar ropa y zapatos nuevos para ir al gimnasio, etc.

Entonces es preferible empezar en tu casa, recuerda el secreto es comenzar poco a poco. En tu casa no tienes que vestirte de manera especial no tienes que hacer los ejercicios a la perfección, no necesitas transporte, etc. Si después cuando tengas algo de experiencia sientes que necesitas el gimnasio para continuar avanzando, adelante, pero para comenzar, hazlo desde casa.

Conclusión Comienza Poco a Poco

Mucha gente se plantea comenzar a hacer ejercicio a principios de año, y ya por estas fechas lo ha dejado de lado, pensando que han perdido la motivación. Y ese no es el problema, lo que pasa es que se ha planteado cambios demasiado drásticos demasiado rápido. Entonces esta es la oportunidad de volver a comenzar, pero con objetivos más razonables. Plantea nuevas metas más acorde con tu estado actual y ve mejorando poco a poco. ¡Mucha suerte!

Bueno, un artículo un poco diferente en esta ocasión, espero que les haya gustado, pero era algo de lo que quería hablar hace tiempo.

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