La Cueva del Lobo

Antes de la Internet la vida era muy distinta

¿Cómo era el mundo antes de la Internet? Ah el Lobo recuerda…

Una época que ya hoy parece muy lejana, pero que en realidad se encuentra apenas un par de décadas en nuestro pasado reciente. Antes de que todos tuviéramos Internet en casa, el mundo era muy diferente.

flat lay photography of an open book beside coffee mug
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La vida de Estudiante antes de la Internet

Creo que para mi la mayor diferencia fue como estudiante. Yo pasé toda mi escuela primaria y mi secundaria sin Internet. Ya en los primeros días de mi universidad se escuchaba hablar un poco de Internet. Y comenzaban a abrirse cyber cafes en ciertos lugares, pero el acceso era muy costoso. Pero ¿cómo fue esa época de estudiante de antes de la Internet? Pues durante mi primaria no fue tan difícil para ser sincero. Las enciclopedias eran fundamentales, y aunque la enciclopedia que teníamos (y todavía tenemos) era bastante anticuada, la mayoría de la información estaba aceptablemente actualizada. Posteriormente cuando entré en la secundaria las cosas comenzaron a cambiar y ya las enciclopedias de la casa no me servían de mucho, los temas eran más especializados, y los profesores se pusieron más exigentes.

En esa época la biblioteca central de la ciudad, la «Pio Tamayo» cobró especial importancia. En un principio me pude mantener investigando los temas solo en la sección de niños. Pero a medida que iba madurando, me tocó ir explorando otras salas de la biblioteca, y descubrí la hemeroteca, una sala dedicada a guardar periódicos y revistas, aquello fue todo un descubrimiento para mi. El atracón de revistas que me di fue enorme.

Lo que les podría contar de lo molesto que era hacer colas para entrar en la biblioteca, aguantar a la gente conversando en las salas de lecturas, hacer colas para fotocopiar el material a investigar, etc.

No obstante física, química y matemáticas no me resultaban fáciles de entender solo a través de los libros. Recuerdo que en más de una ocasión encontré errores en famosos libros de estas materias y aquello me causaba tremendos dolores de cabeza. Afortunadamente mis padres me podían pagar profesores en esas materias. Recuerdo que tuve una profesora de física que tragaba duro cada vez que me daba clases, porque decía que yo preguntaba demasiado…

Pensar que años después sería yo el que daría clases privadas de estas materias. Pero eso quedó en el pasado, en esta época de Wikipedia, Khan Academy, y Julio Profe, esas ideas son casi un absurdo.

Antes de pasar al siguiente punto quisiera hacer un inciso sobre las «Enciclopedias Multimedia». Cuando las computadoras comenzaron a masificarse en mi ciudad, una de las primeras cosas que adquirí fue una enciclopedia «Encarta» una de las más famosas en la época. Y era realmente increíble (para nosotros en esa época). No solo incluía un montón de información en texto enorme, sino que de paso incluía una enorme cantidad de mapas, imagenes y videos. Recuerdo que también incluía diferentes «tours» que eran todo un viaje de aprendizaje para la época.

El Entretenimiento Antes de la Internet

¿Infinitos videos de todo tipo y de todo tema, disponibles en la punta de mis dedos cada vez que me provoque? Si le contara eso al jovencito que era unos 30 o 35 años atrás tendría serias dificultades para creerme.

Recuerdo que cuando era niño, la televisión en mi país todavía era en blanco y negro, y existían muy pocos canales de televisión. Pero peor aún en el país se producían muy pocos programas para niños (todavía recuerdo a Popy) y se importaban muy pocos. Además las pocas series infantiles importadas, con frecuencia se emitían sin ningún orden, así que podías estar viendo un día el capítulo 15 y al otro día el capítulo tres. Y por supuesto en aquella época sufríamos indeciblemente de las constantes repeticiones de los mismos programas una y otra vez.

De aquel entonces recuerdo que dos fuentes de enorme frustración fueron las series de anime como «Mazinger» y «El Galáctico» (Starzinger). Cuyos finales nunca conseguí ver en televisión. Y solo pude disfrutar muchos años después en Youtube.

El cine también era muy diferente entonces. Recuerdo que un detalle interesante es que te enterabas por las noticias que la película X o Y estaba causando furor en los USA o en Europa. Pero esa película tardaría muuucho tiempo en llegar al país. De hecho un detalle interesante es que como yo viví muchos años entre dos ciudades Barquisimeto y Acarigua. Cuando dejaban de poner una película que yo deseaba ver en Barquisimeto, todavía tenía oportunidad de alcanzar a verla en Acarigua. ¡Ventajas del pasado que no volverán!

Luego cuando ya estaba mas grandecito mi familia fue una de las primeras en tener un «Betamax» que era una suerte de VHS o DVD, para quienes no sepan qué es un VHS. Recuerdo que la sección de películas para niños en la tienda de alquiler de cintas se me hacía diminuta, y que teníamos que pasar un rato rebobinando cintas. Mis padres me compraron una colección de películas infantiles que yo destrocé grabando encima un montón de dibujos animados de la televisión de forma desastrosa.

Las Comunicaciones Antes de la Internet

¿Comunicaciones de video y sonido instantáneas y totalmente gratuitas? Al niño que era yo unos 35 años atrás eso le suena como algo salido de los cómics de Dick Tracy (que leía en el periódico).

Primero en aquella época la única compañía telefónica del país era del estado venezolano, y como era de esperarse, era sumamente ineficiente y costosa, así que no cualquiera tenía teléfono en su casa. Pero además las llamadas (solo de voz) eran también muy caras. Sobre todo las llamadas fuera de la ciudad, ya ni hablar de las llamadas internacionales.

Recuerdo una ocasión en que vino de visita a mi casa una chica, nos descuidamos y la dejamos sola. Nos hizo una llamada telefónica fuera del país, ¡aquello fue una ruina! Y había que pagarlo porque de lo contrario te cortaban la línea y para recuperarla era muy difícil.

Además en aquella época tampoco disponíamos de teléfonos celulares, y luego cuando estos comenzaron a aparecer era sumamente costosos. Pero esto tenía unas ciertas ventajas, por ejemplo cuando te ponías de acuerdo para salir con los amigos, había un tanto de formalidad, no digo que no ocurriese lo de cancelar a último momento, pero era mucho más raro. Si te ponías de acuerdo con una persona a una hora en un sitio, por lo general se hacía un esfuerzo por llegar a tiempo.

Luego muchos años después durante un tiempo se privatizó la compañía telefónica del país, pero cosa curiosa, también se le garantizó un monopolio sobre los teléfonos de línea durante unos años. ¿En serio un monopolio garantizado por el estado sobre los teléfonos? Pues por difícil que sea creerlo así fue. Pero esto también tuvo algunas extrañas ventajas. Por un lado la compañía telefónica se extendió por todo el país y por todos los hogares, de forma mucho más eficiente y económica (aunque seguía siendo costosa). Pero además a causa de ese monopolio, en Venezuela se adoptaron los teléfonos celulares con mayor rapidez que en otros países de Latinoamérica, pues el monopolio, no se extendía a la comunicaciones inalambricas.

Esto durante unos años también fue muy curioso pues las comunicaciones a través de los celulares eran muy costosas, entonces la gente se inventaba ciertas claves, por ejemplo «si te repico el teléfono dos veces, quiere decir que voy saliendo, si te repico tres veces, significa que voy llegando», etc. Y todo esto para no gastar en la llamada.

Durante esas épocas también tuvimos brevemente los «Chats telefónicos» o las llamadas en grupo, que para entonces eran toda una novedad. Pero esto no duró mucho porque primero, era caro, segundo no funcionaba muy bien, y por último ya en esa época la Internet comenzaba a dar sus primero pinitos en el país.

El Nopor antes de la Internet

Hoy en día la gente consume nopor en la intimidad de su teléfono celular, sin que nadie se entere (aunque todos sabemos). Pero en aquellos lejanos días el entretenimiento para adultos, era una actividad pública. Primero si querías ver una película para adultos, te tocaba ir al cine. ¿Al cine? ¿A ver nopor con un montón de gente? Así es. Aquí en la ciudad habían un par de cines que estaban relativamente dedicados a ese nicho. Pero además ciertas películas nopor relativamente exitosas se exhibían en todos los cines.

Por otro lado en aquella época era mucho más común el nopor disimulado, es decir películas y series de televisión que si bien no te mostraban ni un pezón, sí te implicaban que estaba sucediendo de todo.

Además también fueron los tiempos en que se compraban las revistas para adultos, esa fue la época de gloria de la Playboy y la Penthouse, que eran carísimas (a mi juicio). Y que además había que llenarse de valor para comprarla en el kiosko de la esquina en donde atendía una abuelita… (yo no podía, prefería caminar media hora y comprarsela a un señor que vendía en un kiosko muchas calles más allá).

Con la llegad del «Betamax» y el VHS aquello se volvió más íntimo. Pero todavía tenías que alquilar la cinta en la tienda y que todo mundo te mirara revisando la sección para adultos, y luego presentarle la cinta que escogiste a la cajera, no era fácil…

Los Primeros Días de la Internet

Poco a poco uno iba escuchando de algo llamado»Internet», la red de las computadoras. en aquel entonces yo ni computadora tenía. Recuerdo que la gente hablaba de la «Superautopista de la Información» en las revistas y programas. Pero en realidad uno no acababa de entender todas las implicaciones de un todo. Imagino que será como cuando hoy en día nos hablan de computación cuántica, y nosotros asentimos en silencio sin terminar de entender completamente.

Luego cuando la Internet llegó a Caracas los rumores se hicieron más fuertes. Y poco tiempo después uno de los primeros «nodos» de la Internet que se abrió en Barquisimeto fue en la UNA (la Universidad Nacional Abierta). La hora era costosa, pero mi curiosidad era mucha. Recuerdo que llegué a la biblioteca de la UNA y pedí información que me dieron de forma renuente. El acceso al público estaba restringido solo a algunos días dentro de cierto horario. Pero no me importo mucho, y estuve allí el día y la hora que me dijeron.

Me tocó hacer una cola y esperar por largo rato, finalmente me pasaron a una oficina en donde un señor navegó por mi. Recuerdo que le pedí que buscara «Ubik la Asociación de Ciencia ficción Venezolana». De la que había leído en algún periódico. En aquel modem telefónico la búsqueda tomó una eternidad, pero finalmente consiguió algo de información que mandé a imprimir a unos precios altísimos también.

Uno o dos años después se abrió el primer cybercafé en la ciudad, pero los precios eran realmente extremos, y por aquel entonces no tenía yo un trabajo que me permitiera hacer aquel gasto. Además tenía en mi mente la idea que la experiencia sería similar a lo que había vivido en la UNA. Cuando eventualmente conseguí juntar el dinero para darme el lujo, la experiencia me dejó totalmente loco. Primero la velocidad era increíble, todavía hoy no entiendo como aquel cybercafé conseguía aquellas velocidades en aquella época. Las páginas cargaban de forma casi instantánea. y en apenas unos momentos leía de todo. Ya en aquellos primeros días intenté hacerme mi primer sitio web en Geocities, pero mis conocimientos, y el tiempo del que disponía no me dejaron hacer gran cosa.

Algún tiempo después, y ya con una PC propia en casa, me volvería un asiduo de la pletora de cybercafés que surgieron en toda la ciudad por aquel entonces. Y como el típico nerd, adaba yo con el bolsillo de la camisa repleto de diskettes que me traía a casa llenos de información. Recuerdo que uno de los grandes placeres de ese entonces era entrar en los foros y descargar las discusiones, leer con calma en casa, responder en un archivo de texto. Y responder en el mismo foro al día siguiente… Así hice vida mucho tiempo en «OcioJoven» y luego en «Cyberdark».

Luego muchos años después yo mismo me animé a montar un cybercafé. Pero lamentablemente tomé la decisión demasiado tarde, y en esa época ya la gente estaba comenzando a poner las conexiones a Internet en sus propias casas. Así que aquel cybercafé fue una de las peores inversiones de mi vida…

Venezuela el Exodo y el Teletrabajo

Los venezolanos hemos vivido en años recientes una de las peores crisis económicas de la historia. Millones de compatriotas han huido del país en la búsqueda de mejores horizontes, dejando atrás familia y amigos. Pero esta separación a pesar de ser muy triste. Ha sido menos terrible gracias a la conexión a Internet que nos ha permitido mantener una cierta relación. Nunca como las relaciones directas de persona a persona, pero menos mala que la ausencia total.

Al mismo tiempo, mientras que la economía del país continúa empeorando, muchos venezolanos hemos encontrado en la Internet una oportunidad de trabajar y de hacer negocios. Desde el diseñador gráfico que vende su trabajo en Fiverr, pasando por el programador que consigue un contrato para trabajar remotamente en una gran empresa, hasta el inversionista que se arriesga a invertir con las criptomonedas.

Pero viendo como se está moviendo la tendencia actual uno no puede dejar de preguntarse, ¿qué pasará a futuro? ¿Volveremos los venezolanos a los días en que la Internet era un sueño lejano? Bueno, al menos yo ya tengo la experiencia…

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